Una vez derretida la cera procederemos a llenar y vaciar el molde entre 2 y 5 veces, dependiendo del grosor que queramos darle a la pieza, realizada la pieza en cera procederemos a la colocación de los canales por donde entrará el metal y serán expulsados los gases, hecho esto colocaremos la pieza dentro de un cilindro y lo recubriremos con una papilla refractaria.

Posteriormente procederemos al quemado de la cera, de ahí que este tipo de fundición tome el nombre de “fundición cera perdida”. El proceso consiste en introducir los moldes en un horno también llamado mufla, e ir aumentando la temperatura progresivamente hasta alcanzar los 750 º C, a esta temperatura se mantendrán los moldes 24 horas, hasta su completo secado y quemado de la cera. Transcurrido este tiempo colocaremos los moldes para su llenado con metal.
Cargado el crisol con lingotes encenderemos el horno el cual alcanzará 1200 º C aproximadamente, una vez el metal está en su punto óptimo de fusión se procederá a rellenar el hueco que ha dejado la cera al quemarse, para conformar la pieza.
Hecho esto romperemos el recubrimiento exterior para poder sacar la figura y proceder a su acabado posterior.